La revista Ezkaba de abril [http://issuu.com/ezkabarotxapea/docs/2014-4] ha publicado, en su sección de Historia, la primera entrega de "La Gau Eskola de Ana Gastesi", una serie de artículos que rescatarán la experiencia de Ana Gastesi como irakasle entre los años 1979 y 1986 en nuestro barrio. En esta ocasión, hemos hecho una breve contextualización histórica de aquella época, unos años tan complicados como interesantes.
La
Gau Eskola de Ana Gastesi (1)
Movimiento por la Alfabetización y
Euskaldunización
Texto: Patxi Abasolo López
Gainontzeko euskal lurraldeetan
bezala, Arrotxapean ere euskalduntze eta alfabetatzearen aldeko mugimendu berria
sortu zen. 1970. eta 1980. hamarkaden arteko garaian kokatu behar dugu Ana
Gastesik egindako ekarpena, San Pedro zonaldean.
“Yo no la conocía, se
presentó, y solo
su
entusiasmo, su alegría y su fuerza
de
querer enseñar la lengua de aquí,
de
nuestro Pueblo, pues te animaba a
apuntarte
y a estudiar”.
Mila
Espinal
Años de
cambios
La
década de 1970 fueron años de gran dinamismo. Años de dictadura, de represión,
pero también años de cambios, de sueños, de militancias y compromisos para
hacerlos realidad. También el mundo del euskera era un hervidero de ideas,
iniciativas y, cómo no, de mil y una polémicas, como el debate generado en
torno al grupo Ez Dok Amairu sobre
amateurismo, militancia y profesionalización en la cultura vasca, mientras al
norte de los Pirineos el primer profesorado itinerante recorría las escuelas ofreciendo
algunas horas lectivas en euskera. En 1972 surgieron la editorial y la casa
discográfica Elkar, la sociedad
cultural Elhuyar y, en Pamplona, el
euskaltegi Arturo Campion.

El
6 de diciembre de 1978 fue aprobada la Constitución española que, entre otras
cosas, dejaba bien claro que “el castellano es la lengua oficial del Estado.
Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla”,
quedando relegado el euskera a un segundo plano. Al año siguiente, las tres
provincias vascas más occidentales obtuvieron su Estatuto de Autonomía, cuyo
homónimo a este otro lado llegaría tres años más tarde, en 1982, con el llamado
Amejoramiento del Fuero.
La
transición no trajo consigo normalización lingüística alguna, mucho menos aquí,
cuna de la lingua navarrorum. El rico
tejido asociativo y popular en defensa de la lengua y la cultura vasca seguirá
realizando un titánico esfuerzo por mantener vivo un patrimonio ignorado,
perseguido y vilipendiado por unas instituciones que no hacen sino bailar al
son de una música interpretada a más de cuatrocientos kilómetros de estas
tierras. En 1979 nació la organización Euskal
Herrian Euskaraz. Al año siguiente, se llevó a cabo la campaña “Euskara
Nafar Hizkuntza”, y AEK organizó su primera Korrika. En 1981, la ikastola Iñigo Aritza organizó en Altsasu el
primer Nafarroa Oinez, y se
constituyó la sociedad Zaldiko Maldiko,
con el objetivo de crear un lugar de encuentro para la población euskalduna de
Pamplona. En 1982, el historiador y entonces director de la biblioteca pública
San Pedro, Jimeno Jurío, testigo en
mano, puso en marcha la segunda edición de la Korrika, que partió de la capital
del viejo Reino. Un año más tarde Jimeno Jurío dejó la Biblioteca rochapeana
para dedicarse preferentemente a la investigación, sobre todo de la toponimia,
centrándose aquella época en el estudió el euskera como idioma de Pamplona y de
la Cuenca.
Los
siguientes años vieron acrecentarse la distancia entre las expectativas y
reivindicaciones populares y unas instituciones temerosas de una democracia
participativa de verdad. Tras la aprobación del Parlamento navarro, el 15 de
diciembre de 1986 fue promulgada la Ley del Vascuence, normativa que dividió
esta provincia en tres zonas diferenciadas, cerrando las puertas a una
oficialidad que, sin ser la solución última, constituye un paso imprescindible
para una normalización lingüística que sigue aún pendiente.
Euskaldunización y alfabetización
Si
retrocedemos algunas décadas nos encontramos con personas que ya enseñaban
euskera en los años de postguerra, como el caso de Pedro Díez de Ultzurrun en Pamplona. Poco a poco, la
euskaldunización de adultos fue conociendo un proceso de estructuración y
formalización, teniendo como exponente la Academia de Euskera, en la Pamplona
de 1951, donde el profesor Francisco
Tirapu, natural de Eratsun, ofreció varios cursos con el beneplácito de la
Diputación, cursos en los que se matricularon unas 30 personas.
En
1957 y 1959, Principe de Viana organizó sendas Euskal Jaiak, y a partir de 1960, en la capital navarra se
impartieron clases en la iglesia de
San Francisco Javier, en Escolapios y en el frontón Labrit, mientras las
propias Herri eskolas o ikastolas iban
adquiriendo un peso cada vez más importante.
Durante
esa década se extendieron las escuelas de alfabetización de la mano de Euskaltzaindia,
gracias a las cuáles decenas de personas pudieron prepararse para,
posteriormente, ejercer en la enseñanza, en los medios de comunicación o en la
elaboración de material en euskera. Podemos hablar ya de la existencia de un
movimiento por la euskaldunización y alfabetización, entendido como un
movimiento amplio y coordinado a lo largo y ancho de toda la geografía vasca.
Paulatinamente,
Euskaltzaindia y el movimiento de euskaldunización fueron sufriendo un lento
pero constante proceso de alejamiento, que culminó en 1981, cuando AEK quedó
fuera de aquélla, pasando a constituirse una organización totalmente autónoma.
Ana Gastesi.
Ana Gastesi.
En
ese período llegó Ana Gastesi a
nuestro barrio, una Arrotxapea que también estaba experimentando una constante
transformación como consecuencia de los procesos de industrialización que vivía
toda la Comarca. Concretamente, Ana se estableció en la zona rochapeana que
giraba en torno al viejo Monasterio de
San Pedro, marcada en aquellos años por dos elementos fundamentales: La decisión
tomada por las Agustinas, religiosas contemplativas, de abandonar su “Mansión
de Silencio y Oración”; y la llegada de cientos de personas y familias
trabajadoras, tanto de pueblos del interior, como de tierras más allá del Ebro,
especialmente Extremadura y Andalucía.
En
1979, Ana abrió su primera Gau Eskola
en el número 8 de la calle Urzainki, espacio que compartió más tarde con los
locales de la parroquia Virgen del Río, para pasar definitivamente a una bajera
que adquirió en 1982 con su amiga Josune en la calle Monasterio Virgen del Río,
donde abrieron una tienda de chuches, la Goxoki Denda. De todo ello hablaremos
en números sucesivos, de la mano de personas que la conocieron como vecina, como
irakasle, y como amiga: Lino Otano, Patxi Belasko, Mila Espinal, Fernando Patus
y Mariajesús Torres, entre otros.
[Ezkaba aldizkaria, 214 zka., 2014ko apirila, 16-18 orr.]
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